domingo, 5 de julio de 2015

Pablo del Corro, un descuido de los otros






Aún en pleno invierno
el día nos entrega un mínimo de sol
cuando se abre la tarde
Hace unos años sé
que a él le gusta salir a esa hora
Mantenemos un respeto animal en el encuentro
El tiene sus rutinas yo tengo las mías
Coincidimos en el placer de ese mínimo de sol
cuando se abre la tarde
A veces me retraigo
me quedo dentro, animalmente
Pensé -por qué no- que él haría lo mismo
Eso justifica no extrañarlo si no lo veo
y alegrarme si aparece
Y me conforma
Pero ayer fue distinto
Sentí un temblor cuando nos vimos en el patio
Alguien llamó a la puerta y me distrajo
Era la otra viuda de un amigo
Apereció después de tantos años
a reclamar por cosas que no tengo
Volví al patio
Lo encontré debajo de unas tablas, tieso
Pensé en mi amigo que murió en silencio
y en las manos apretadas de mi madre
Acaso la muerte sea eso:
un temblor, un mínimo de sol en una tarde
Un descuido de los otros
Una bolsa negra, de nailon










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